Nuestra casa está ubicada en el corazón de la llanura; es como entrar en un antiguo pueblo donde te sientes como en casa, acogedor y familiar, sencillo y reservado, con colores suaves pero con una luz intensa. La casa señorial data de la primera mitad del siglo XIX, conservada íntegramente tanto en sus características arquitectónicas como pictóricas. En un amplio jardín se sirve el desayuno cuando la temporada lo permite.
La estructura fue completamente renovada en 2012 con especial atención al respeto al medio ambiente (instalación de paneles solares y bomba de calor); cumple con los requisitos establecidos por las normas antisísmicas.
Nuestras habitaciones, todas con amplio baño privado, son acogedoras y cuidadas en cada detalle, equipadas con televisión, aire acondicionado y minibar.
Nos hemos esforzado para que cada detalle sea apreciado y valorado por nuestros huéspedes.
En el desayuno de la mañana tendrás la oportunidad de probar exquisitas tartas de frutas o fragantes pasteles elaborados por la dueña de la casa según antiguas recetas.