Es una estructura que recomiendo encarecidamente y donde, si vuelvo a Bolzano, sin duda volveré.

Encantadora estructura, llena de encanto, historia y atmósferas refinadas. Todo es excelente: desde el desayuno soberbio, hasta los ambientes limpios y cálidos. La hospitalidad discreta, dulce y puntual de la dueña de casa, la Señora Daniela. Si deseas desconectar y sumergirte en el silencio, este es el lugar ideal; al final de la estadía, es un verdadero pesar tener que partir. Angelo y Luisa Bertolotti.

guy ha votado al alojamiento pero no ha introducido ninguna opinión

Hermosa y muy cómoda estructura en un pequeño y tranquilo valle cerca de Cavalese. Respetando las características de los masi locales, se ha realizado una recuperación de gran gusto y cuidado tanto en el interior como en el exterior. Acogida familiar y cálida; todo muy limpio; desayunos perfumados con los excelentes pasteles que la señora Daniela hornea todas las mañanas.

Un oasis de relajación, a pocos minutos de las carreteras principales, pero inmerso en la tranquilidad del bosque, disfruta de una vista espléndida. La dueña muy cortés y hospitalaria nos hizo sentir como en casa, nos alojamos en una de las 6 hermosas habitaciones temáticas, estuvimos en la habitación de piedra, muy cuidada en cada detalle y con todas las comodidades. Disfrutamos de la piscina, el jardín y el espléndido panorama en dos días refrescantes escapando del calor sofocante de la ciudad. Una opción muy válida para recargar un poco nuestras baterías. Si volvemos a pasar por esa zona, sin duda lo tendremos en cuenta.

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