Mágico y maravilloso no son suficientes para describir el fin de semana que pasamos en Villa La Vittoria. Salimos de Milán con la idea de sorprender a nuestra hija, llevarla a un lugar mágico, un poco principesco, y, al mismo tiempo, queríamos pasar un fin de semana dedicado a la relajación. Hicimos numerosas llamadas telefónicas a diferentes Bed and Breakfasts pero cuando mencionábamos que buscábamos alojamiento por solo una noche la respuesta siempre era la misma: lo siento, estamos completos. Estaba a punto de darme por vencida, hasta que recibí una llamada de la Sra. Tiziana que había encontrado una llamada perdida de mi parte. Ella fue nuestra salvación, en poco tiempo se movilizó para arreglar la habitación que luego nos recibió. Al llegar a la Villa, una hermosa puerta nos invitó a entrar. Todo alrededor, una exuberante vegetación caracterizaba el lugar. Después de cruzar la entrada, la impresión es la de haber cruzado la puerta mágica, la que te transporta a un mundo paralelo, un lugar encantado. Mi hija se quedó sin palabras, y nosotros también, solo pudo decir